Por lo general, los jardines están asociados a espacios estéticos, parques o zonas verdes para pasear a los niños o llevar a las macotas. Pero, en pocas ocasiones son asociados con el poder de la sanación que tienen las plantas.
Si es la primera vez que escuchas hablar sobre los jardines terapéuticos, queremos contarte que se trata de lugares silvestres que están diseñados de una manera que les permite a las personas sentirse cómodos y así alcanzar un mejor estado físico, psicológico, social y espiritual.
La historia nos cuenta que, desde los años 80 se han venido realizando diversos estudios sobre los efectos que tienen estos jardines sobre las personas que tienen alguna enfermedad y se ha demostrado que son altamente positivos. Se han usado para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Por otro lado, la Asociación Norteamericana de la Horticultura Terapéutica (AHTA) define estos jardines como espacios dominados por plantas y diseñados con el objetivo de facilitar la interacción con los elementos sanadores de la naturaleza. Estos lugares generan unas sensaciones de relajación y calma que estimulan el sistema inmunológico, permiten que el cuerpo se fortalezca y así sea más factible curarse.
La naturaleza nos permite restaurar los centros emocionales en el sistema límbico del cerebro (aquella parte de nuestro cerebro encargada de regular las respuestas fisiológicas y emocionales de nuestro cuerpo) evocando así respuestas biológicas reconfortantes. También, se ha estudiado que el verdor sostiene las funciones cognitivas, sin generar una estimulación excesiva ni la necesidad constante de atención.
Existen varios tipos de jardines terapéuticos como los restaurativos, que son aquellos que están enfocados en reducir el estrés y sirven de soporte emocional. También, están los de rehabilitación que tienen el objetivo de fomentar el desarrollo de habilidades físicas, cognitivas, sociales y psicológicas, por medio de la interacción con las plantas.
¿Quieres transformar tu espacio verde en un jardín terapéutico? Aquí te damos algunas recomendaciones:
- Escoge plantas que estimulen los sentidos. Utiliza texturas, aromas, colores y diferentes especies.
- Las plantas que tiene una textura interesante a la vista, son las que tienen un gran aporte para la experiencia sensorial del jardín.
- No olvides tener un espacio sombreado, así podrás tener un resguardo para los días de mucho sol.
- Incluye asientos cómodos para contemplar tu jardín.
- Considera incluir luces solares para que la vista nocturna sea agradable.