Casi todas las casas tienen un huerto, la solución de la economía ya no es el dinero para la compra de víveres si no el intercambio de alimentos entre vecinos.
En Les Avanchets, Ginebra, Suiza la sostenibilidad es visible y los ciudadanos adoptaron hábitos que fomentan la integración social y ampliando las posibilidades de consumir alimento orgánico sano.
Esta costumbre empezó desde la primera guerra mundial, después de los conflictos, el gobierno de suiza y Europa opto por brindar parcelas de tierra brindando una oportunidad para reconstruir una vida digna a los ciudadanos, desde ahí la cultura de la agricultura urbana empezó a crecer en el país.
Desde pequeños, se les enseña a los ciudadanos de Ginebra cómo cultivar frutas y verduras volviendo este hábito sostenible con el tiempo ofreciendo estabilidad social, actualmente estas actividades se mantienen más fuertes que nunca y ya se están empezando a implementar en algunos barrios de Bogotá y Colombia.
Actualmente, las sociedades modernas se enfrentan a un desafío impostergable, asfixiadas por la contaminación y crecimiento desmedido de la población. Este último podría desencadenar un fuerte colapso, debido a que los modelos de ciudad tradicional son uno de los principales responsables de los problemas medioambientales que amenazan a nuestro planeta.
Para mitigar este problema se ha implementado el concepto de eco-urbanismo y ha sido desarrollado mayormente en naciones del primer mundo, además, ha venido tomando gran fuerza en países como México, Argentina, Chile y Colombia, donde el deterioro ambiental sigue en aumento.
Dentro de los últimos años en Bogotá, los Ecobarrios han tomado gran fuerza en los Cerros Orientales. En medio de la marginalidad y la lejanía se levanta una nueva propuesta de ciudad que se resiste ante el naranja de los edificios con la esperanza de generar un ambiente más natural.
Dentro de las nuevas alternativas surgen los Ecobarrios como espacios urbanos para minimizar el impacto sobre el medio ambiente; con el apoyo y acompañamiento de entidades como Fondiger o el Jardín Botánico que con su proyecto Conexión Bio, adelantan en colaboración con la comunidad, obras de infraestructura basadas en bioingeniería como senderos de interpretación ambiental, terrazas ajardinadas, invernaderos y estructuras en guadua.
En los ecobarrios encontramos habitantes de Manantial, Triángulo Bajo y Triángulo Alto, localizados al suroriente Bogotá en la localidad de San Cristóbal. Gracias a ellos se ha logrado rescatar el espíritu del territorio realizando un aprovechamiento sostenible y eco amigable para Bogotá.